Nuevas formas de vida

Gillue, es una localidad de la Guarguera, que cuando la conocimos estaba definida como “ semiabandonada”. Pasear por lo que habían sido sus calles, era un recorrido esquivando ruinas y restos de lo que fue la vida en la localidad. A pesar de ello, el entorno, su integración en el medio natural y la paz que recibíamos, nos hizo tomar la elección de vivir allí.

Compramos los restos de las antiguas escuelas y lo primero que hicimos fue observar a nuestro alrededor. Las construcciones eran las tradicionales de la zona, grandes muros de piedra aparejada, madera, barro…Los elementos que estaban allí con nosotros.

El estar en la antigua escuela, despierta una dinámica de aprendizaje y decidimos, como etapa de la vida, aprender a vivir construyendo nuestra casa. Para ello hemos seguido las pautas de la bioconstrucción, como seña de identidad de nuestra vivienda, pero también como filosofía de vida.

Era una elección diferente en la Guarguera, dado que conjugamos las técnicas constructivas tradicionales ( piedra, madera, barro…) con nuevos elementos, que nos permiten la integración en el medio, consumir menos energía para vivir, contaminar lo menos posible y adaptarnos continuamente. Pensamos que todo eso se traduce en calidad de vida y nos sienta bien. En nuestro exterior, pero sobre todo en el interior.

Nuestra casa tiene sus paredes de piedra aparejada, hemos empleado madera, tenemos una cubierta verde (con tierra y vegetación), nuestro inodoro es seco ( no emplea agua), el resto de las aguas que utilizamos van a una pequeña charca donde las plantas se encargan de procesar los pequeños restos que contienen. Entre las plantas de la charca, cantan las ranas que son nuestras vecinas.

La cubierta verde, permite regular todo el año la masa de la vivienda, funcionando de aislante, pero también de comunicador con el entorno ambiental. Nuestra calefacción es de biomasa y la mayor parte del agua caliente que consumimos sale de los colectores solares, montados en la terraza. Grandes superficies acristaladas orientadas al sur. Nos gustaría ser más autosuficientes todavía y en ello estamos. Pero nuestro compromiso es devolver al entorno lo que nos está dando, en similares condiciones.

Nuestra apuesta ha sido ser diseñadores, promotores y autoconstructores de la vivienda, en la medida de nuestras posibilidades. Ello te implica más, es más nuestra y la disfrutamos más. Pero también en las fases posteriores el trabajo continúa, como elaborar los muebles, parte de su contenido y buscar cada día como hacerla más eficiente, sana….

Además de ello es necesario transmitir la energía de la vivienda hacia fuera, hacia el entorno, hacia lo que nos rodea. Ello nos ha llevado a limpiar las zonas de ruinas del entorno, a realizar jardines, limpiar caminos, recuperar espacios, un pequeño estanque con peces, una zona de meditación, de lectura, de contemplación…..Esa paz y esa integración con el medio, que nos cautivó cada día es mayor. Y pensamos que nos sienta mejor.

Desde que vivimos aquí Gillue ha cambiado y lo sigue haciendo. Tenemos un elemental alumbrado público, pero basado en la energía solar. Un acceso mejorado que permite llegar mejor al pueblo y tenemos muchas ganas de seguir luchando. Siempre un proyecto a continuación del anterior.

Vivimos con dos establecimientos hosteleros en la localidad, cuya filosofía está también integrada en lo que estamos diciendo. Cocina macrobiótica de calidad, reuniones de meditación, clientes que buscan la paz y el sosiego, sus propios huertos y producción de alimentos….Somos como una isla, alejada de la carretera, al sur de Cancias y mirando a Guara.

Seguimos manteniendo las Fiestas de Septiembre en S. Miguel. Ya no tienen las connotaciones del inicio del año ganadero, pero son un punto de encuentro, de convivencia en el Valle y fuera de él. Salimos a visitar a nuestros vecinos y nos gusta recibirlos en nuestro pueblo. Nuestra inquietud es compartir, ayudar, ser solidarios y tratar de devolver un poco de lo que nos da Gillué, es positivo.

Nos gusta recibir visitas, pero por favor respetuosas con nuestra forma de vida, con el entorno, con las zonas de paseo, con los jardines que nos rodean, con la filosofía que os estamos intentando transmitir. Nos gustaría presumir de ser la zona más tranquila de la Guarguera, donde la palabra clave es tranquilidad, con mucho respeto.

Nuestro saludo

Teresa Arnal

Tomás Heinke

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